Todavía en nuestros días se nos trata de imponer una serie de ideas fijas sobre cómo debería ser la vida, que podríamos resumir en estudiar – trabajar – casarse – tener hijos. Esta parece que es la hoja de ruta marcada incontestable que debemos seguir para ser normales. Lo vemos en las preguntas constantes que se hacen a personas solteros, instándolos a “sentar la cabeza”, o a las parejas respecto a su boda o su descendencia.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte algo está cambiando. Además de la irrupción de las ideologías liberales en el seno de la pareja, parece que cada vez son más las personas que no encuentran ningún problema en no tener pareja. Lo cierto es que no hay por qué escoger una opción, tan solo seguir lo que tu corazón y tu cabeza te indiquen en cada momento. Quizá haya una temporada en la que te gustaría tener una pareja, y otra en la que no, y no hay que sentirse culpable por eso.

No hay una forma mágica para saber qué opción es mejor

Partamos de la base de que, partiendo de la libre elección, el camino a seguir es siempre válido. Y por más que nos bombardeen con ideas contrarias, lo seguirá siendo. Por lo tanto, la pregunta con la que encabezamos el texto podríamos responderla con un simple “depende”. Cabe en este punto preguntarnos entonces sobre los pros y contras de una opción u otra.

Porque sí, cada cosa tiene su lado bueno y su lado malo. Ojo, siempre estamos hablando de gente que libremente escoja su opción. Aquellas personas solteras pero que no quieren serlo, o los que estén infelizmente casados no van a encontrar soluciones aquí. Sin embargo, quizá en el futuro podamos escribir algo al respecto.

La soltería: una vida basada en la libertad

La vida del soltero ofrece mucha libertad a la hora de hacer lo que queramos. Ya sea a la hora de salir con amigos, organizar un viaje o algo tan sencillo como decidir lo que vas a cenar esta noche. En ningún caso hay que rendir cuentas a nadie. Además, el no tener responsabilidades con otra persona nos facilita aspectos como irnos a vivir a otro lado, cambiar de trabajo, etc. Y por supuesto, tener sexo con quien queramos cuando queramos. Ir de flor en flor sin escenitas de celos. Tampoco conviene olvidar que ganamos mucho en tiempo libre, lo que nos permitirá hacer todo aquello que nos apetezca.

Por otra parte, dentro de la vida en pareja nos aseguramos una vida social sana y plena. El aislamiento de la sociedad puede traernos malas consecuencias, como alguna enfermedad psicológica derivada de no tener contacto humano regularmente. Evidentemente, alguien soltero puede tener una vida social plena, pero también podría ser que no. Sin embargo, en pareja, es normal que dar con los amigos de uno o con los de otro, ir de visita a la familia, etc.

El sexo: una de las grandes ventajas del matrimonio

En cuanto al sexo, si el matrimonio o la pareja se encuentran en un buen momento, está asegurado. A diferencia de lo que comentábamos respecto a la soltería, donde se pueden pasar largas temporadas sin lograr acostarte con nadie, si compartes tu vida con alguien esto no será un problema. Además, al conocerse bien, saben perfectamente qué hacer para hacer al otro disfrutar al máximo. Recordemos, como indica Inforbae, que el sexo a diario tiene grandes beneficios.

Constituirse en pareja de hecho, o casarse, otorga una serie de beneficios económicos que también cabe destacar. Además, mucha gente ansía formar una familia y tener hijos, y al lograrlo se sienten tremendamente reconfortados y felices.

En definitiva, se trata de poner en una balanza una cosa u otra, y decidirnos por la opción que más nos convenga o nos apetezca en ese momento. Aunque, lejos de racionalizar, también podemos dejarnos llevar por nuestro corazón y nuestros sentimientos.