El amor es, sin lugar a dudas, una de las cosas más hermosas que el ser humano puede llegar a experimentar. Estar enamorado de una persona siendo totalmente correspondidos hace que nos sintamos realmente felices, que nuestras emociones estén siempre a flor de piel y que tengamos infinitas ganas de compartir junto a ella los mejores momentos de nuestra vida. Y, en muchas ocasiones, cuando las cosas van como la seda…llega el compromiso.
Si bien es cierto que vivimos en una época en la que las bodas ya no se estilan tanto como antaño, no son pocas las parejas que deciden dar el gran paso de casarse con el fin de pasar juntos el resto de sus vidas, algo totalmente admirable e incluso envidiable para otras parejas, pero recuerda que muy a nuestro pesar que, aunque pueda ser difícil reconocerlo, las cosas no siempre salen como uno lo planea. Es por ese motivo que hay que pensarlo bien antes de dar un paso tan importante y comprometedor como es el de casarse.
Hacer separación de bienes es algo que muchas parejas encuentran interesante a la hora de unirse en matrimonio, pues si bien es cierto que habrá infinidad de aspectos de la relación en los que a partir del momento de la boda compartiréis como si fuerais una sola persona, no ocurre lo mismo en los aspectos económicos gracias a este régimen.
Características de la separación de bienes
La separación de bienes es un régimen económico matrimonial que permite una diferenciación del patrimonio de cada uno de los cónyuges. De esta forma cada uno de los integrantes del matrimonio podrá gestionar sus propios bienes independientemente de su pareja.
Esto no significa que la pareja no pueda tener bienes en común. De hecho, el matrimonio tendrá total libertad para adquirir conjuntamente cualquier tipo de bienes o patrimonios, pudiendo liquidar dichos bienes en caso de que en algún momento decidan divorciarse.
El régimen de separación de bienes hace posible que, a lo largo del matrimonio, los bienes obtenidos por uno de los dos integrantes del matrimonio le pertenezcan de forma exclusiva, posibilitando que el otro cónyuge no participe en dichas ganancias. Esto no significa que no tengamos la obligación de contribuir en las cargas matrimoniales, de hecho si tuviéramos una deuda en común esto afectaría a ambas partes por igual.
Además, nuestro hogar familiar tendría un régimen de protección, de forma que independientemente del titular de la casa ambos integrantes del matrimonio deben estar de acuerdo a la hora de tomar decisiones sobre la vivienda familiar.
Qué beneficios encontrarás
Uno de los mayores beneficios que obtendrás llevando a cabo el régimen de separación de bienes es la seguridad, de forma que no habría riesgo de que las deudas de un cónyuge afectase al a otro. Este régimen aporta además la independencia de poder realizar diferentes actos sin tener que contar con el consentimiento de la pareja. Además, muy importante, en caso de divorcio la división patrimonial solamente será efectiva en los bienes que hayamos adquirido de forma común, siendo todo mucho más sencillo.
¿Y desventajas?
La mayor de las desventajas tendrá lugar si uno de los cónyuges se encarga del hogar (cuidado familiar y del mismo). Esta persona estaría en una clara desventaja económica en caso de divorcio, habiendo renunciado a una carrera profesional para dedicarse al completo a su hogar y su familia. Por este motivo el régimen de separación de bienes es bastante menos solidario para estas personas que realizan trabajos en el hogar.
Aunque según el Artículo 1.438 del Código Civil:
“El trabajo para la casa será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el Juez señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación”
En cualquier caso el régimen de separación de bienes puede ser una gran elección para los matrimonios que quieran conservar sus propias ganancia. Esto no significa que no nos fiemos de la otra persona como muchos pueden llegar a pensar. Se trata de una elección que muestra madurez y que permitirá a cada cónyuge disfrutar de su propio espacio dentro del ámbito económico.