Publicado el 18 enero, 2022 por Tatiana
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Cómo ser mejor amante que una profesional del sexo

Las comparaciones son odiosas, pero por desgracia, casi siempre son la vara que tenemos de medir cualquier cosa. Comparamos a tal jugador con tal otro para saber quién es el mejor, aunque jueguen de formas totalmente distintas. Incluso comparamos a músicos de diferentes estilos, que no tienen nada que ver, para decir que tal o cual tiene más talento. Nuestro sistema nos está induciendo a ser hipercompetitivos en ese sentido, y todo en la vida se ha convertido en una carrera por ver quién llega primero. El problema no es solo buscar al mejor en algo, sino también compararnos nosotros mismos constantemente con los demás. Nos sentimos felices con lo que tenemos, pero vemos a alguien que tal vez tenga más y… El éxito como concepto es algo maleable, porque puede significar una cosa diferente para cada persona. Hasta que la sociedad coge dicho concepto y lo normaliza. O tienes esto, o ya no eres exitoso.

Lo más peligroso es que eso ocurre también con la felicidad, un concepto aún más abstracto y que para colmo, no suele ser definitivo. Una persona no puede ser feliz todo el tiempo, porque es más que una emoción, la felicidad es un estado de ánimo, y nadie pasa solo por una fase de ese tipo. La sociedad, sin embargo, nos vende lo que significa ser feliz. Nos empuja, a veces con una fuerza inusitada, a serlo dentro de los cánones que se nos imponen. Tener un buen trabajo, aunque lo odiemos. Comprarnos una casa, aunque estemos hipotecados de por vida. Encontrar una pareja con la que poder formar una familia, aunque estemos mejor solos… Si nos faltan esas cosas, somos incapaces de ser felices. Nos comparamos constantemente con aquellos que sí las tienen, y damos por sentado que son más felices e incluso mejores que nosotros. Y desde luego, no tiene por qué ser así, ni mucho menos. Lo mismo ocurre con el sexo. La inseguridad natural de cualquier persona ante el hecho de hacer disfrutar a otra se hace más importante cuando se tiene que comparar con una amante mucho más experta.

El sexo, imprescindible en una relación

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Eres una chica joven, con experiencia sexual suficiente, y disfrutas de una relación sana con tu chico, al que tienes bien satisfecho. Tú tampoco te puedes quejar, porque sabe cómo hacerte ver las estrellas cuando estáis disfrutando. A veces, de hecho, el sexo supone vuestra tregua, el pegamento que une la relación después de una discusión o una pelea. Encontraros desnudos en la cama, desatando la pasión que lleváis dentro, es una forma muy íntima y especial de conectar. La importancia del sexo en la relación es absoluta, como ya habrás podido descubrir en estos años. No tanto si es mejor o peor, sino porque si falla por completo, la relación está destinada al fracaso. No es lo único, ni lo más importante, pero debemos cuidarlo para que jamás nos falten las ganas de gozar.

Cómo estar a la altura de las profesionales

Y aquí es donde viene el problema para muchas chicas. Hay hombres que tienen una potencia sexual descomunal, siempre pensando en el placer, siempre buscando nuevas formas de disfrutar del sexo. Las mujeres, por propia naturaleza o por cómo han sido cohibidas por la sociedad, no se muestran en general tan predispuestas. Y ese desequilibrio puede llegar a provocar que el chico busque ese placer fuera de la relación. En otras mujeres que le llamen la atención, o incluso en profesionales del sexo. Cada vez son más las parejas que se rompen porque el chico ha sido infiel con una prostituta. La defensa que ellos suelen hacer es que esa mujer sí que les daba lo que ellos necesitaban en la cama. Es injusto para la otra parte de la pareja, pero más real de lo que imaginas.

La solución es proponernos estar a la altura de esa intensidad sexual que desarrollan las escorts. Conseguir que nuestro chico no busque nada fuera, porque ya está suficientemente satisfecho con lo que nosotros le damos. Es algo complicado, porque estamos hablando de satisfacer un deseo como si fuéramos auténticas profesionales. Pero a veces no es necesario llegar a esa misma altura, sino solo conocer lo que nuestro chico necesita y entregárselo. Mantenerlo contento es importante para que todo en la relación siga fluyendo como debe. Y de paso, nosotras también podemos expandir nuestros horizontes sexuales y gozar mucho más de cada encuentro sexual. Lo primero es quitarnos de encima los prejuicios que podamos tener con el sexo, y aprender cosas nuevas y excitantes. Sondear a nuestro chico y ver lo que más le gusta, para seguir por esa senda y hacerle disfrutar al máximo.

Las prostitutas y sus experiencias

Las prostitutas son auténticas expertas en el placer porque sencillamente es su trabajo. Se dedican a ello, a veces por obligación o necesidad, a veces por puro vicio, al menos al principio. Disfrutan de sus servicios, hasta cierto punto, y han aprendido un montón de cosas excitantes que hacen que los hombres estén entregados por completo a ellas. De ahí que sepan manejar esas herramientas del placer, para lograr que cualquier amante que les llegue acabe extasiado. Y uno de esos amantes puede ser nuestro chico, si entiende que no tiene suficiente con lo que nosotras le damos en la cama. No es una situación justa para nosotras, pero es cierto que la que quiere luchar por el amor de su hombre debe utilizar todas sus armas.

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Compararnos con una escort profesional tampoco es justo, porque ellas suelen tener mucha más experiencia en el placer que nosotras. Ese es su punto a favor, pero también hay algo que juega en su contra: deben complacer a todo tipo de hombres, cada cual con unos deseos y fantasías distintas. Nosotras, en cambio, solo tenemos que aprender a saciar a nuestro chico, que tendrá sus particularidades, pero seguramente sea más fáciles de aprender que las de cien amantes más. Concentrarnos en lo que nuestro chico disfruta, mostrarnos abiertas a experimentar con cosas nuevas y excitantes, no cerrarnos a nada de lo que nos proponga… Todo ello nos pondrá en el mismo lugar de cualquier amante, con el plus de la confianza y la complicidad que ya se habrá desarrollado dentro de la pareja.

Una forma de salvar la relación

En muchas ocasiones, las relaciones pueden sufrir colapsos por culpa del sexo, de la apatía morbosa. Es algo común en parejas que llevan mucho tiempo juntas y ya han perdido esa chispa que tenían al principio, cuando todo era maravilloso e intenso. La pasión es imprescindible para que el amor fluya, y cuando falta, cuando el sexo se convierte en algo rutinario, todo comienza a derrumbarse. Por eso, y más allá de las comparaciones con amantes profesionales, debemos estar seguras de que el placer que estamos entregando sea intenso y exquisito. Que nuestro chico pueda disfrutar de él de la forma más especial, quedando totalmente satisfecho. Sin barreras, sin tabúes, sin que tenga que pensar en buscarse nada fuera. Le bastará con el placer que le damos, y eso seguramente mantenga mucho  más firme la relación.

Publicado el 18 enero, 2022 por Tatiana