Publicado el 22 julio, 2022 por Tatiana
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¿Te puedes enamorar de una prostituta?

La prostitución es uno de los trabajos más antiguos del mundo. Muchos incluso han llegado a afirmar que es, de hecho, el oficio más viejo que existe. Esto, obviamente, es complicado de demostrar, pero sí que está claro que en muchas culturas antiguas, lo de ofrecer tu cuerpo a cambio de dinero, protección o bienes era algo habitual. El hecho de que el sexo se convirtiera en moneda de cambio para muchas negociaciones no debería sorprendernos, y tampoco que siga haciendo así, en pleno siglo XXI. Los debates en torno a la prostitución son cada vez más intensos, y muchos afirman que es hora de regularizarla, mientras otros quieren abolirla. Cada cual tiene sus motivos y da sus argumentos para pensar así, pero es cierto que la tendencia abolicionista está un poco alejada de la realidad, al menos de la actual. La prostitución ya ha estado prohibida en muchos lugares y momentos, pero ha logrado mantenerse en las sombras.

Y eso es porque siempre habrá un hombre dispuesto a pagar por acostarse con  una mujer atractiva, y una mujer que quiera recibir ese dinero a cambio de sexo. Sabemos que reducir todo lo que conlleva el trabajo sexual a ese trueque también es poco realista, e incluso injusto. Sin embargo, cuando empezamos a investigar qué es lo que hace que el trabajo sexual sea diferente a cualquier otro oficio, las razones que aparecen son morales. El sexo es algo íntimo que no debemos compartir con cualquiera, mucho menos utilizarlo para ganar dinero. Pero si tenemos talento para el deporte, para el canto, para las matemáticas, si somos fuertes y podemos aguantar mucho tiempo poniendo ladrillos, por ejemplo, todo está bien. Es esa doble moral hipócrita lo que hace que a pesar de todo, la prostitución siga siendo uno de los sectores que más dinero mueven en el mundo. Cada día, millones de hombres recurren a los servicios de profesionales del placer, para encontrar con ellas ese alivio sexual que muchas veces es necesario. Y es lógico que al tener a mujeres tan sensuales y cariñosas al lado, estos hombres terminen, en muchos casos, enamorándose de ellas.

Mujeres muy atractivas

Es cierto que para gustos colores, y que hoy en día podemos encontrar a todo tipo de mujeres cuando vamos a un burdel. Pero también es real que la mayoría de amantes profesionales, especialmente las jóvenes, viven de su atractivo físico. Llaman la atención por lo hermosas y sensuales que son, por tener rasgos bonitos o cuerpos exuberantes con muchas curvas. Es lo que une a la mayoría de escorts profesionales: la belleza. Y enamorarse de una mujer hermosa siempre resulta más sencillo que hacerlo de una poco agraciada. Por más que intentemos quedar bien con lo de que la belleza está en el interior, al final a todos nos gusta tener a alguien atractivo al lado. Esa atracción será el primer paso para el enamoramiento, ya que sin esa chispa, lo demás se queda en nada.

Algo bastante habitual en muchos hombres

Si preguntas directamente a los hombres, casi ninguno reconocerá que ha tenido aventuras con escorts. Es más, probablemente se hagan los dignos y te respondan que ellos son unos caballeros y jamás harían algo así. Sin embargo, los datos hablan por sí solos. La prostitución sigue moviendo millones de dólares al año, y en países como España, por ejemplo, casi la mitad de los hombres adultos reconoce haber tenido alguna experiencia con una amante profesional. Los hombres acuden a los prostíbulos de manera asidua, sean solteros o casados. Sin embargo, entre los primeros es más fácil encontrar a aquellos que van a caer en la “tentación” de sentir algo más por la chica con la que están. La falta de contacto con otras mujeres hace que se imaginen a esas amantes como algo más que profesionales del placer.

Es algo bastante habitual que cuando un cliente cree haber encontrado a una chica especial, comience a repetir con ella. Los clientes habituales son maravillosos para las escorts porque suponen un dinero seguro en el tiempo, una base sobre la que trabajar y conseguir más servicios. Sin embargo, cuando esos clientes empiezan a confundir las cosas, todo se complica. Porque de la misma forma que uno no siente que la chica que le atiende en una tienda es amable porque le gusta, tampoco debería dar por sentado que una escort es cariñosa porque está interesada en él. Más allá del propio servicio que realiza, queremos decir. Las amantes son profesionales que se esfuerzan por hacer sentir cómodos a los hombres, pero eso no significa que sientan algo especial por ellos.

Debemos ser conscientes de la situación

Si acudes habitualmente a disfrutar del sexo con una profesional del placer y empiezas a sentir cosas más intensas, ten cuidado. Es algo normal, por otra parte, porque eso del sexo sin amor no existe. Incluso cuando lo estamos haciendo con una persona desconocida, con alguien con quien no tenemos confianza, hay algo en nuestro cerebro que crear una complicidad especial. Estamos viviendo momentos muy íntimos con esa persona y eso no se nos puede escapar, porque al final es algo único. Solo debemos tener la mente fría, o al menos intentarlo, para entender que la situación no es precisamente ideal. Que esa chica con la que tenemos sexo, tan cariñosa y amable, está haciendo su trabajo, y en realidad no está sintiendo nada especial por nosotros.

Con esto no queremos decir que alguna amante profesional no se haya enamorado de su cliente. Esto puede ocurrir, y de hecho supone también un gran problema para ellas, al menos en un primer momento. Pero es que tendemos a confundir muy fácilmente el deseo con el afecto. El hecho de que una chica sea amable contigo y te haga disfrutar en la cama a cambio de dinero no significa que vaya a ser una buena pareja. De hecho, debes plantearte si realmente conoces a esa chica. ¿Has estado con ella fuera del prostíbulo? ¿Habéis quedado para tomar café, para pasear, para charlar? Una relación no puede basarse solo en el buen sexo, aunque a veces parezca lo contrario. Debemos pararnos a pensar realmente en sí es buena idea empezar a enamorarnos de una chica así.

Qué hacer si nos enamoramos de una escort

Hay quien dice que el amor es como un torrente incontrolable, que nos inunda por completo y que no se puede frenar. Nosotros no estamos de acuerdo. No creemos en el amor a primera vista, en quedar absolutamente enamorados de una persona en un instante. Es algo más paulatino, algo que se va cociendo en nuestro interior. Y es precisamente esa la ventaja que tenemos, para poder frenarlo en el momento adecuado. Si empezamos a ver que nos afecta, que estamos sintiendo algo más que puro deseo por esa amante profesional, tal vez deberíamos pensar en cortar la relación. Es la manera más sana de dejar atrás cualquier sentimiento de este tipo antes de que se haga más fuerte. Tener la mente fría y no obsesionarse con esas emociones nos ayudará a verlo todo con más claridad.

Publicado el 22 julio, 2022 por Tatiana